Con un 77% de los votos, Maurice Closs fue reelecto como Gobernador de la Provincia de Misiones. Su anterior elección, cuatro años atrás, registró un 36% de los sufragios.
Por Alfredo Gutiérrez, enviado especial de Clarín a Posadas, Misiones
Bajo la ola de frío polar, que ayer también llegó a Misiones, el kirchnerista Maurice Closs obtuvo un contundente triunfo y consiguió su reelección como gobernador. Aunque los sondeos previos lo daban como favorito, el oficialismo provincial calificaba el triunfo como “histórico” por la arrasadora diferencia frente a su más cercano perseguidor.
Anoche, con los poquísimos datos oficiales que acercaban a Closs al 80% (cifra que bajaría con el correr de las horas), se informó que la presidenta Cristina Kirchner lo llamó para felicitarlo. También llegó a la provincia para sacarse fotos con el triunfador el ministro del Interior, Florencio Randazzo.
A las 10.45 de la noche dieron una conferencia de prensa. Closs calificó su triunfo de “histórico” porque “en Misiones las elecciones suelen ser parejas” y dijo que con 400 mesas escrutadas estaba cerca del 77 por ciento. “70 puntos por encima del segundo”, según aclaró el mandatario, de origen radical. También saludó a Cristina: “Estamos plenamente identificados con el proyecto nacional”, avisó.
A su lado, el otro hombre fuerte del Frente renovador, el ex gobernador Carlos Rovira, dijo que “el contundente, categórico triunfo” es “una avanzada” en el apoyo que recibirá la Presidenta en las elecciones nacionales.
Randazzo fue más allá: este resultado, dijo, “echa por tierra eso que dicen de que las reelecciones son malas. Son malas solo cuando las gestiones son malas”. Fue un apoyo a Cristina para este año, pero también abrió la puerta discursiva a futuras reelecciones.
Ayer, los misioneros eligieron gobernador y vice, 20 diputados provinciales, 75 intendentes y concejales. Había 666 cargos en juego.
A las ocho de la noche comenzaron a salir los primeros datos oficiales. Con las primeras seis mesas escrutadas, Closs obtenía el 83,2% y por debajo de él estaba el pelotón de opositores con menos de 3 puntos cada uno. Al cierre de esta edición, la UCR y el Frente de la Esperanza, un desprendimiento del PJ, peleaban el segundo puesto.
Cuando se conoció la noticia de la llegada de Randazzo, se comenzaron a colocar grandes parlantes en la explanada de la casa de gobierno. A esa hora, los “búnkers” de los opositores permanecían vacíos y sin movimiento de militantes.
El seguimiento de los datos fue un lento galimatías para políticos y periodistas. Después de la primera abultada diferencia, la página de Internet en donde se presentaban las cifras colapsó. Desaparecieron los números oficiales y, como en un rompecabezas, solo las radios daban números no oficiales.
Durante el día (que tuvo un par de horas casi sin movimiento, durante el partido de River con Belgrano), la atención estuvo centrada en Posadas y las localidades de Candelaria y Eldorado, donde el tránsito de personas desde Paraguay fue una constante. En varios puntos del vecino país como Encarnación, Campichuelo o Mayor Otaño hubo campañas de los candidatos del oficialismo, con carteles, promoción de los padrones y hasta sorteos de motos y televisores para los que crucen la frontera para votar por Closs. El intendente paraguayo de Encarnación, Miguel Schmalko, fue denunciado por permitir la publicidad política de argentinos.
Closs votó en su pueblo, Aristóbulo del Valle, a 150 kilómetros de Posadas, y se quedó a ver el partido antes de volver a Posadas. Reiteró su apoyo a Cristina Kirchner y confesó que él “intuía” que el vice iba a ser el chaqueño Jorge Capitanich pero que ella “eligió muy bien”.
Rovira (ganó su reelección como diputado provincial) votó tranquilo y relajado. Tras elogiar a Cristina, contó que estaba leyendo en su casa el libro “Los Miserables, de Víctor Hugo” y volvió a treparse a su Citroen C5 Exclusive negro.
Anoche todo era fiesta en el oficialismo provincial, una celebración apenas empañada por la muerte de su candidato a intendente de Campo Viera, Pedro Schoropt, a quien le dio un paro cardíaco mientras empujaba su propio auto que se había quedado en un camino.
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