sábado, 30 de abril de 2011

Falleció el maestro Ernesto Sábato. Escritor, ensayista e investigador


El escritor argentino falleció en su casa esta madrugada a causa de una bronquitis. Desde 1945 vivió en la casa de la Calle Langeri en Santos Lugares. Mañana iba a ser homenajeado en la Feria del Libro en vísperas de su centenario, el 24 de junio. Sus restos fueron velados en el club Defensores de Santos Lugares en una despedida muy emotiva.

Su fallecimiento fue definido como el de una figura que sobrepasó la literatura para convertirse en ícono del regreso democrático en la Argentina.

También la prensa internacional se hizo eco de la muerte del escritor, en su portada digital del 30 de abril, el periódico El País de España lo llamó último clásico de las letras argentinas y el periódico El Mundo de España lo tituló el último superviviente de los escritores con mayúscula de la Argentina.

El senador radical, Ricardo Gil Lavedra, quien integró el Tribunal que juzgó a las juntas militares, señaló pocas horas después de la muerte de Sabato que fue una personalidad emblemática. León Arslanian subrayó que fue muy importante el aporte que hizo la CONADEP y su influencia.

En las redes sociales se reiteraron rápidamente los mensajes relacionados con vivencias, recuerdos y frases del escritor.

La oración más célebre exaltada pocos minutos después de su muerte:



La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno empieza a aprenderlo, ya hay que morirse.





Sobre Ernesto Sábato


Ernesto Sábato nació en la localidad bonaerense de Rojas el 24 de junio de 1911 y siempre ha reconocido que "el arte" lo salvó del suicidio.

En 1938 obtuvo el Doctorado en Física en la Universidad Nacional de La Plata. Le fue concedida una beca anual para realizar trabajos de investigación sobre radiaciones atómicas en el Laboratorio Curie en París. El 25 de mayo de 1938 nació su primer hijo, Jorge Federico. En París entra en contacto con el movimiento surrealista y con la obra de Óscar Domínguez, Benjamín Péret, Roberto Matta Echaurren, Esteban Francés, entre otros. Esto marcaría una profunda influencia en sus futuras obras.

La fama internacional le llegó en 1961 con la novela "Sobre héroes y tumbas" y su consagración en 1974 con "Abaddón el exterminador", que fue premiada en Francia.

Esas dos obras completaron una trilogía junto a su primera novela "El túnel" (1948), obra que, desvalorizada en su día en Argentina, "maravilló" al novelista francés Albert Camus.

Afín al socialismo, Sábato también ha sido reconocido por su defensa de los derechos humanos. En 1984, presidió la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas que redactó el "Informe Sábato" o "Nunca más" sobre los horrores de la última dictadura militar (1976-1983).

Entre los numerosos premios que recibió también figuran el Menéndez Pelayo (1997) y el Gabriela Mistral (1983), otorgado por la Organización de Estados Americanos.

Pero uno de los reconocimientos más emotivos de su vida le llegó en 2004, cuando fue homenajeado con reiteradas ovaciones durante el III Congreso de la Lengua que fue organizado en la ciudad argentina de Rosario.

Tuvo dos fuertes pérdidas que marcaron su vida: en 1995 murió su hijo Jorge Federico en un accidente automovilístico y el 30 de septiembre de 1998 falleció su esposa, Matilde Kusminsky Richter, para quien escribió Antes del fin.

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