martes, 15 de septiembre de 2015

Caos económico, de eso no se habla. Por Alfredo Gutiérrez

Un tema Tabú para políticos y economistas

En la mirada de economistas y políticos opositores hay un tema tabú. Un tema del que no se habla, tal vez por temor a traer fantasmas del pasado. Y es el siguiente: ¿llegarán las cifras de la economía a un punto tal que la única forma de salir sea después de una gran crisis? Cuando digo crisis me refiero a un caos social con saqueos, corralitos, gente emprobrecida de repente, represión, fuegos en las calles, y todo lo que ya hemos visto.
La historia reciente nos muestra que solo después de tocar fondo fue posible “hacer lo que hay que hacer”, tomar medidas irritantes para la sociedad (devaluación brusca, suba de impuestos, suba de tarifas, etc.), que después de un tiempo posibilitan que el país empiece a crecer de nuevo.
Sucedió en el final del gobierno de Raúl Alfonsín. En julio de 1989, Guido Di Tella anunció que en el menemismo el dólar sería “recontra alto”, mientras un tiempo antes Domingo Cavallo había recorrido los organismos internacionales para reclamar que no le den más créditos a la Argentina, lo que provocó una corrida cambiaria y caos económico.
Lamentablemente el gobierno de Alfonsín terminó entre saqueos, movilizaciones y represión. Haber caído tan bajo permitió que Menem tuviera las manos libres para instalar su política económica, que empezó con congelamiento de depósitos, el plan bonex (de Erman González), nuevos impuestos y las privatizaciones. Sólo después llegó el 1 a 1 (1991).
También pasó al final del gobierno de De la Rúa. Caos, saqueos, represión, muertos en las calles, le siguieron al ya famoso corralito, el que a su vez había llegado porque los números de la economía no daban para más. Después del caos, el gobierno que siguió (Eduardo Duhalde, pasemos por alto los presidentes efímeros) pudo hacer lo que era necesario hacer: devaluación, pesificación asimétrica, etc.
El caso De la Rúa es ejemplificador: haciendo caso a las encuestas y la opinión generalizada, se negó a cambiar el 1 a 1 e intentó una reforma gradual subiendo impuestos y bajando el gasto (desde la tablita de Machinea a la ley de déficit cero), pero todo resultó imposible y su gobierno terminó en el caos. Solo después de eso, otro Gobierno pudo cambiar la mirada económica y volver a crecer.
Un paréntesis: Brasil parece optar por ese mismo camino. Hoy el gobierno de Dilma anunció que congelará salarios, recortará planes y subsidios, y subirá impuestos. El camino del ajuste gradual.
En los 70, el caos posterior al rodrigazo fue político además de económico, y les permitió a los militares tomar el poder a sangre y fuego, pero también con la anuencia de una parte de la sociedad.
Hoy, los economistas nos dicen que todos los números están mal. Bajó el PBI, las exportaciones, las reservas, hay atraso cambiario, sube la pobreza, etc.
La pregunta es: ¿se puede salir de esto sin visitar el infierno, sin bajar al caos aunque sea provocado? ¿una salida gradual, de cualquier presidente que resulte electo, tendrá éxito? ¿o le pasará lo mismo que a De la Rúa? Ojalá nunca llegue el caos. Ojalá me equivoque.

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